21.5.11

La reconciliación.



Llevábamos años sin dirigirnos la palabra, sin ni siquiera mirarnos. Me llenaba de rabia el sólo hecho de percibir su presencia, así que decidí pasarme al pozo de la indiferencia. Tenía clarísimo que todo estaba dicho, que seríamos enemigos hasta el fin de nuestros días, que lo nuestro estaba predestinado a fracasar. Le ponía sal en el café y escupía en su sopa de sobre. Estaba claro que nunca nos entenderíamos...


Hace unos días se presentó de madrugada, con el pelo mojado, la cara ensangrentada y los pantalones rotos, estaba harto y cansado y necesitaba gritar, quería que hiciéramos las paces, venía a pedirme perdón...


Vuelvo a confiar en él, porque quiere rectificar, y al final , eso es lo que verdaderamente importa.




Así que es oficial, el género humano y yo volvemos a ser amigos, pase lo que pase a partir de ahora.

1 comentario:

  1. Me alegro de que volváis a ser amigos, espero que podáis convivir en paz, sin ningún tipo de problema a partir de ahora.

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