1.
Cada tres segundos, imperturbable, llega el sonido seco. Habría que arreglar ese grifo
…se supone que debería llamar al propietario y arreglar el maldito grifo.
Cada poco más que eso, cruje algún mueble, el armario, el zapatero. O la estantería, ésa que es mía. Ésa que forma parte del pequeño comité de cosas que son realmente MÍAS, léase ropa, zapatos, libros, CD, cómics, un caballete y rotuladores. Ésas son MIS cosas. Tengo 25 años, llevo casi 4 años en un trabajo más o menos fijo, y lo único que soy capaz de tener, de poseer, es éso. Tampoco me importa en exceso, nunca he creído en el término de "propiedad" y lo digo vomitando sobre conceptos comunistas, pañuelos palestinos y sobre mi camiseta de los Sex Pistols, es simplemente una cuestión de conformarse.
Leo a la luz de una lámpara Lyngoalla, de ésas de papel, de 6,95€, que son perfectas para dar luz ambiente cuando tienes la nevera llena de vino y cerveza y condones en el cajón, pero que a duras penas te deja leer un maldito libro de bolsillo.
Somos la generación de bolsillo, la Ikea, y la Facebook, y todas las que supongan alguna innovación de carácter sencillo.
Hago la lista de la compra mentalmente, aprovechando que se ha acabado el capítulo, y que Lyngoalla me permite pensar sin tener que cerrar los ojos. En realidad no llega a calidad de
lista”, son simplemente tres o cuatro cosas. Hago cálculos, de hasta dónde puedo tener vida social este mes. Parece que poca. Podemos afirmar que éste mes dibujaré mucho. Me gusta planteármelo así. He descubierto una nueva forma de plantearme la escasez económica sin caer en la cansina queja mensual. Ahora soy una persona feliz y productiva.
Soy feliz.
Fe-liz.
A lo mejor toda ésta cosa de la crisis no es más que un instrumento (de alguien que nos quiere) para que seamos ciudadanos productivos y creativos. Para que nos quedemos en nuestros hogares, elaborando cosas preciosas, cuadros abstractos, canciones con teclados distorsionados, textos fabulosos, tiras tronchantes. Nos quieren BIEN. No creo que pueda ser de otra forma. El hijoputismo no llega a límites tan insospechados, los Fruitis hicieron tanto daño.. No puede ser de otra manera.
Tengo pecas, el pelo liso, un gato y tres cajas de cereales con mucha fibra en el armario de la cocina, es imposible que alguien en su sano juicio quiera joderme.
"Este mes dibujaré mucho”.
El texto no tiene la menor importancia.
Las fotos son preciosas, y son de Sannah Kvist.
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